Y un día llovió para los pobres
El olor a tierra húmeda y el sonido en las calaminas los alegró.
Salieron a mojarse y rieron mirando al cielo,
las gotas generosas inundaron sus rostros
refrescaron sus labios cuarteados.
La lluvia se excedió y rebasó los cántaros,
Los pobres se fueron ahogando de a pocos con su sonrisa,
Murieron desesperados mirando sus campos inundados.
Pobres ellos, pobres sus fuerzas.
La tempestad se retiró llevándoles
sus últimos suspiros.
El sol apareció a destiempo, exigiendo victoria.
Quemó hasta el último confín
En el fondo de la tierra, los pobres se pudrieron
Mutaron como abono y florecieron,
Sin embargo sus frutos aún pequeños,
Se quemaron por el sol aún incesante.
Se redujeron a la nada.
“¿Por qué todo lo que cae de arriba engaña?”
Nació el grito del subsuelo sin encontrar eco en las montañas…
Nuevos pobres desterrados llegaron a la nada,
Añorando sonreír y ¿por qué no carcajear?
Y un día volvió a llover…
Huancabamba, 14 de julio de 2009
sábado, 18 de julio de 2009
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